La firma “Díaz, Atucha, Cullen y Cía” obtiene la concesión por 30 años, a partir de la cual se denominó Sociedad Anónima Puerto San Nicolás.
Catorce 14 años más tarde, el Congreso Nacional sanciona la Ley Nº4210, en la que le otorga una nueva concesión a la Sociedad Anónima PuertoSan Nicolás para construir y explotar, ahora por setenta años, un puerto comercial de ultramar y cabotaje, siempre en terrenos de su propiedad
La Sociedad Puerto contrata a una constructora británica, Compañía de Obras Públicas del Rio de La Plata Ldta, para la ejecutar la de obra en donde el ingeniero italiano Ariodante Ghisolf queda a cargo de ella.
La empresa constructora se desvincula de la construcción.
No obstante este hecho, el puerto se inaugura ese año sin haber finalizado las obras previstas. El estado inconcluso de las obras del puerto y la falta de “transparencia” en el manejo económico-financiero por parte de la Sociedad Puerto, fueron razón de descontento por parte de la población local, que atribuyó la “decadencia económica” de la ciudad a una responsabilidad del sector. Muchos medios de la época coincidieron en cuestionar a la empresa concesionaria por su manejo “poco claro”, que imposibilitaba las relaciones comerciales con el consecutivo “estancamiento” de la ciudad, por lo que fue denominada, por la población y la prensa local, la “Sociedad Fantasma”. En este contexto, el primer reclamo formal ante el Estado nacional fue realizado por el diputado nicoleño ingeniero Juan B. Aramburu, el 29 de septiembre del año 1919.
El 29 de noviembre, cinco meses después de haber asumido presidente, Perón decreta el fin del contrato el Estado Nacional y la empresa. Este acto marca un giro en la historia de la región, junto con la decisión del Estado Nacional de instalar allí la mayor la planta siderúrgica del país: SOMISA. Se anuncia el Plan Siderúrgico Nacional. Para el establecimiento de la planta se requería un puerto con condiciones naturales que permitiera transacciones de importación y exportación como así también que contemplara “los gastos de transporte de los insumos y de la cercanía al cordón industrial bonaerense, principal mercado consumidor”; en este sentido San Nicolás cumplía con las condiciones necesarias para la localización industrial.
El dos de marzo de ese año la sociedad nicoleña es testigo de un hecho fundacional. En un acto simbólico de posesión del puerto, el presidente Juan Domingo Perón, anunció la “liberación” del puerto como también anunció la construcción de la planta siderúrgica SOMISA. En palabras del entonces mandatario: “Trátese de una medida de carácter general, dentro de nuestra orientación de gobierno, la de ocupar paulatinamente todas las posesiones que son irrenunciables para el Estado Argentino, y que han sido indebidamente puestas en otras manos, que no representan los verdaderos valores de la nacionalidad”. El crecimiento llevó al Puerto hasta su ubicación actual, en el denominado Puerto Nuevo. Allí, estratégicamente ubicado sobre el kilómetro 343 de la margen derecha del río Paraná, se instaló definitivamente. Su conexión a las vías del ferrocarril y luego el acceso a rutas nacionales han convertido su ubicación en uno de sus mayores atributos. Por su importancia y trascendencia, el Puerto de San Nicolás, fue sede de la Administración de Puertos del Paraná Inferior. En la década de 1990 se transfirieron las instalaciones nuevamente a la Provincia. Desde el 17 de julio de 2019, el Consorcio de Gestión creado por la Provincia de Buenos Aires, está a cargo de la administración y explotación del Puerto de San Nicolás.
El 16 de noviembre asumimos el mismo compromiso, a través de la decisión del gobernador Axel Kicillof, en designarnos al frente de la presidencia del Consorcio Puerto San Nicolás. Con el ímpetu político de 1946 vamos a trabajar por la reactivación productiva de la zona portuaria, teniendo como principal eje a la producción y el empleo, pensando y planificando estratégicas con todos los puertos bonaerenses.